capitanich, el más duro con el campo, creó un fondo para sembrar soja
Un jugador de pool a dos bandas
El gobernador del Chaco alega que está alejado de ese emprendimiento, pero sus acciones quedaron en manos de un amigo y vecino. Los pools de siembra son el enemigo elegido por el Gobierno.
Jorge Capitanich, el gobernador del Chaco, uno de los principales voceros del oficialismo en sus ataques contra el campo, riguroso crítico de los pools de siembra, es en realidad un pionero en la instalación de ese tipo de organización empresarial en el país. A través de una de sus sociedades fue parte fundadora de Fondagro, un Fondo Común Cerrado de Inversión dedicado a la explotación agrícola de grandes extensiones de tierra, primero en el nordeste del país y luego en la provincia de Buenos Aires.Fondagro se creó en 1997 gracias a la sinergia de cuatro empresas: Mercofond; Custodia Sociedad Depositaria de Fondos Comunes de Inversión; M-Unit; Separ y Mercado Abierto. Esta última ocupó el rol jurídico de “agente colocador”, o sea que se encargó de buscar los inversionistas para Fondagro. Tuvo éxito. El fondo arrancó con un capital de casi 7 millones de dólares. En aquel tiempo, Mercado Abierto estaba manejada por Aldo Ducler, investigado por lavado de dinero por el gobierno de los Estados Unidos.Capitanich admitió a Crítica de la Argentina que a través de su empresa M-Unit estuvo involucrado en Fondagro. Pero aclaró, algo enojado, que esa sociedad ya no le pertenece porque vendió la totalidad de sus acciones cuando asumió como jefe de Gabinete de la presidencia de Adolfo Rodríguez Saá. “Nada que ver, nada que ver”, insistió.
Según consta en los registros oficiales, en febrero de 2002 el gobernador chaqueño transfirió todas sus acciones de M-Unit. Quien las adquirió fue Raúl Fernández, un amigo suyo y compañero de estudios, quien con el paso de los años se fue convirtiendo en uno de los principales accionistas de las sociedades que “abandonaba” Capitanich: Agronea –también dedicada al agro– y Beta, especializada en el negocio de la publicidad.
Como en el pasado estudiantil, en la actualidad los cruces entre Fernández y Capitanich no ocurren sólo en el ámbito etéreo de lo económico y lo jurídico.
Ante la AFIP, Fernández admite como domicilio un departamento en el piso 23 de un edificio en la calle Godoy Cruz al 3000, en el barrio porteño de Palermo. En el mismo inmueble, pero tres pisos más arriba, duerme ahora Capitanich cada vez que viaja a la Capital Federal. Hasta el año pasado, era su hogar permanente mientras se desempeñaba como senador nacional. Un vecino contó que el gobernador y Fernández “suelen compartir el chofer del auto”.
A pesar de que Capitanich se desprendió de M-Unit en 2001, la empresa parece seguir estando vinculada con el pool de siembra Fondagro. Durante la tarde de ayer, Crítica de la Argentina se comunicó con M-Unit en dos oportunidades para confirmarlo. Las dos veces atendió una mujer que no quiso identificarse. En la primera llamada aseguró que M-Unit estaba vinculada aún con Fondagro: “Sí, sí”, contestó, y luego cortó, algo nerviosa. La segunda conversación duró dos segundos: este diario apenas alcanzó a identificarse y la señora interrumpió la conversación: “Te dije que no me interesa hablar con vos”.
En la página web de la financiera Arpenta (ex Mercado Abierto), la controladora financiera de Fondagro, se pueden leer algunas “ventajas” que se logran invirtiendo en este fondo agrícola. Son las características principales que hacen de los pools de siembra un buen negocio en la Argentina 2008, mal que le pese al oficialismo, o gracias a él, que favoreció su expansión en los últimos años:
* “Importantes economías en las compras de insumos y contratación de servicios en función de la escala del proyecto”.
* “Comercialización concentrada en principales firmas locales e internacionales eliminando el riesgo de cobranza y mejorando los precios de venta del producto”.
* “Disminución del riesgo de variación de precios a partir de operaciones en el mercado a término de cereales”.
La oposición de Capitanich al cultivo masivo de soja es bastante novedosa. En el pasado, tal como se desprende de sus primeros negocios agropecuarios como Fondagro, pensaba diferente. La semana pasada trascendió que en 2003 redactó un proyecto de ley para eliminar las retenciones a las exportaciones agropecuarias. En 1998, además, había escrito varios párrafos pro soja en un libro de su autoría llamado La Sumergida. Chaco, propuestas para la integración y el crecimiento”. En la página 153 elogia a ese cultivo y lo propone como buena alternativa para levantar la economía de los productores chaqueños, justo lo mismo que hoy critica: “La soja primavera y las nuevas variedades de sojas transgénicas posibilitan con una meteorología normal la obtención de buenos rendimientos, lo cual hace viable el cultivo y rentable este tipo de emprendimientos”, describió. Este cambio de discurso profundizó el enojo de los productores agropecuarios chaqueños, que incluso llegaron a atacarlo a huevazos durante un acto. La oposición, en cambio, dice no estar sorprendida.
El diputado radical Carlos Ullrich afirmó que “Capitanich tiene una capacidad de metamorfosis bárbara. Fue el niño mimado de Menem, Cavallo y Duhalde, y ahora se transformó en fundamentalista kirchnerista. El problema es que su doble discurso hace enojar a los productores cuando debería llamar a la sensatez”.
En diálogo con este diario, Capitanich dijo no entender por qué se le preguntaba por su rol en Fondagro e hizo un pedido: que se aclare que su patrimonio es transparente y que nunca jamás fue denunciado por corrupción.
Buzzi también les pegó a los pools
“Lo único que están consolidando son los pools de siembra”, retrucó Eduardo Buzzi, titular de Federación Agraria, a las acusaciones de Cristina Kirchner sobre la supuesta abundancia de que gozarían los huelguistas del campo. “Los productores siguen trabajando. Se sigue sembrando, ordeñando y trabajando. Como siempre, a la Presidenta no la están asesorando bien los ministros, ni el jefe de Gabinete, Alberto Fernández”, dijo Buzzi, que reafirmó la continuidad del paro.
Aldo Ducler, el socio
Aldo Ducler, ex titular de la financiera Mercado Abierto, y ex “socio” de Jorge Capitanich en Fondagro, fue acusado de lavado de dinero por el gobierno de los Estados Unidos e investigado por una maniobra de 12 millones de dólares adjudicada al Cartel de Juárez. Ducler, un conocido financista de la City porteña, fue asesor de Ramón “Palito” Ortega y ayudó a Néstor Kirchner a sacar del país los más de 500 millones de dólares que Santa Cruz recibió en los 90 por regalías petroleras mal liquidadas.
Con la pluma y la palabra
Los principales tramos del libro La sumergida, donde Jorge Capitanich defiende el cultivo de la soja:
* “El descubrimiento de nuevas variedades genéticas (de soja) permiten adaptarse a los ciclos climáticos de temperaturas altas y lluvias con semillas resistentes a plagas y constituyen instrumentos adecuados para el desarrollo productivo de nuestra provincia”.
* “La soja primavera y las nuevas variedades de sojas transgénicas posibilitan con una meteorología normal la obtención de buenos rendimientos, lo cual hace viable el cultivo y rentable este tipo de emprendimientos”.
* “El Estado no debe encargarse de la producción de bienes y servicios que pueden estar en manos del sector privado”.
* “La venta del edificio de la Casa de Gobierno puede generar recursos que posibiliten el traslado a un emplazamiento cercano a la ciudad de Resistencia”.
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