Dificultades en la Cámara de Diputados y en el Senado para abordar una discusión sobre las retenciones.
En teoría, tan sólo en teoría, los diputados representan al pueblo y los senadores a las provincias. A pesar del mandato constitucional, ni unos ni otros se sintieron obligados a discutir el tema que domina la escena política desde el pasado 11 de marzo: las retenciones móviles. Las pocas veces que el conflicto apareció en el recinto fue o bien porque la oposición reclamó su tratamiento en alguna sesión especial, algo que hizo en seis ocasiones, o bien porque La Rosada necesitó alguna declaración formal de apoyo a su estrategia en la pelea. En la Cámara baja, como se denomina a Diputados, el tema se discutió en las bancas en una sola ocasión, cuando el oficialismo condenó la protesta y la calificó como “lock out patronal”. En otra oportunidad, fue la oposición la que renunció al debate por calificar de provocación la declaración presentada por el oficialismo. En el Senado, el conflicto se debatió en dos ocasiones. Ambas después de un guiño de la Casa de Gobierno.“El problema es que estamos con dos ruedas sobre la banquina”, dijo a este diario, hace pocas semanas, un destacado legislador del oficialismo. En privado, los parlamentarios son finos observadores de la realidad. Esto no se traduce en hechos públicos ya que el kirchnerismo domina los debates a través del control teledirigido que está en La Rosada. El período ordinario comenzó el 1 de marzo. Diez días antes de la resolución que marcó el comienzo del conflicto. Desde esa fecha el Senado sesionó en ocho ocasiones. Diputados lo hizo en siete. La diferencia fue la presencia del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, en la Cámara alta. En tres meses se deberían haber concretado doce plenarios.
El 26 de marzo el oficialismo impuso, en Diputados, el repudio a las medidas de fuerza impulsadas por las cuatro entidades rurales. El bastonero del kirchnerismo fue el titular de la Comisión de Agricultura, el riocuartense, Alberto Cantero Gutiérrez. Ex rector de la Universidad de Río Cuarto, este ingeniero agrónomo, que desde su página web les dice a los cordobeses que “es un honor representarlos en la Cámara de Diputados”, en esa sesión realizó un largo panegírico de la gestión Kirchner. También embistió contra la sojización aunque como conocedor del tema no desvalorizó a la soja calificándola como un yuyo. Cantero tuvo un alto protagonismo cuando el oficialismo intentó mostrar que trabajaba sobre una política agropecuaria. Hasta ese momento, las puertas de la Comisión de Agricultura habían estado cerradas con cuatro llaves. Cantero utilizaba como punta de lanza la creación del Ente Nacional de Promoción y Control Agropecuario (Enpyca). Una versión aggiornada y unificada de las juntas nacionales de Carnes y de Granos. La cuestión quedó al final de un largo temario y la movida no superó el estatus de mera propaganda. “Finalmente no se pusieron de acuerdo ni los propios oficialistas. Todo fue una cortina de humo”, dijo a este diario el diputado socialista por Entre Ríos, Lisandro Viale. El legislador calificó de bochornoso el funcionamiento de la comisión. “Cuando hay que discutir medidas coyunturales como las retenciones, el oficialismo viene con propuestas estratégicas y cuando hay que definir medidas de mediano y largo plazo, hablan de otros temas”, evaluó el socialista, que es autor de un proyecto, acompañado por los diputados Eduardo Macaluse y Claudio Lozano, para diferenciar las retenciones por nivel de producción.
En el Senado la misma comisión realizó cinco encuentros. Dos veces se discutió el conflicto y esto no se tradujo en ningún expediente concreto. El 26 de marzo el oficialismo rechazó un proyecto del senador socialista Rubén Giustiniani que reclamó diálogo y la suspensión de las retenciones móviles. También se discutió el tema en una sesión especial convocada por la minoría en la que el oficialismo retiró a los taquígrafos y apagó la calefacción del recinto. El miércoles la oposición reclamó el fin de la delegación de facultades. El oficialismo critica en privado. En público, la disciplina comienza a dañarse.
De 32 leyes, ninguna habla del agro
Durante el conflicto del campo el Congreso aprobó 32 leyes. La primera de ese largo listado fue la creación de una nueva Aduana en el sur de Córdoba. Concretamente en General Deheza, el pueblo donde tiene su aceitera uno de los reyes de la soja, el empresario kirchnerista caído en desgracia Roberto Urquía. Cuando asumió la presidencia de la comisión de Presupuesto de la Cámara alta, ese proyecto fue el primero que Urquía puso en consideración. De lo que habla toda la sociedad: sobre las retenciones y la política agropecuaria, el Parlamento no resolvió nada.
FUENTE: http://www.criticadigital.com/impresa/index.php?secc=nota&nid=6088
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