lunes, 1 de septiembre de 2008

Los chicos y jóvenes no creen en la política pero son solidarios

Casi el 75% de los consultados se sienten lejos de la política pero 8 de cada 10 asegura que le interesa ayudar a otro si está en problemas. Por eso los especialistas hablan de un cambio en la manera de participación, más que de apatía.

¿Qué aleja a los jóvenes de los partidos? ..los discursos que van y vienen, la manipulación, sus prácticas burocráticas, sus aparatos, su poca transparencia. Pero, también, la falta de tiempo libre. Hoy los adolescentes y jóvenes pasan más tiempo en la escuela y tienen la agenda más cargada. Hay otras restricciones vinculadas a los estilos de vida. Desencanto. Doble discurso. Insatisfacción. Son algunos de los motivos que empujan a los jóvenes hacia formas de participación ajenas a los formatos tradicionales. También influyen cambios socioculturales que han hecho retroceder el peso de lo comunitario en favor del "yo". En una época de mayor individualismo, se desvanecen las ataduras a la nación y la comunidad.
Hubo un tiempo, y no lejano, en que adolescencia, juventud, religión y política caminaban muchas veces de la mano. Los coqueteos y compromisos con "instituciones" y/o "credos" que señalaban órdenes injustos y aglutinaban voluntades detrás de "buenas" causas o movidas colectivas eran parte ineludible de etapas en que las ganas de cambiar las cosas son casi un sello de identidad. Pero los tiempos cambian. Por estos días, quienes tienen por delante un futuro de varias décadas han perdido interés por esos espacios e ideologías que alguna vez los sedujeron masivamente. Hoy, al 74% de los argentinos de entre 10 y 24 años no le interesa la política y a casi la mitad no le importa la religión. Sin embargo, valoran la democracia y tienen entre sus principales objetivos la solidaridad y la igualdad.
Uno de los datos más significativos es el masivo desinterés que tienen los jóvenes por la política. El 74% contestó que no le importa el tema, y apenas un 15% dijo sentirse satisfecho con la política actual. Lo más llamativo es que al cortar por edad encontramos que quienes ejercen el derecho al voto (los que tienen entre 18 y 24 años) son los menos interesados y más disconformes. El tema no está en su agenda.
Están surgiendo formas de participación democrática que no coinciden con las valoradas por los adultos, los jóvenes no son antipolítica ni se retraen en una apatía desinteresada: sólo prefieren ámbitos no partidarios y rechazan la lógica amigo-enemigo, como fórmula de antagonismo permanente. La lógica setentista o la cultura K, claro está, difícilmente los seduzca.

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