
Incluso, el Gobierno será inversor de los principales fondos de inversión agropecuaria: los endemoniados pools sojeros, las AFJP tienen invertidos más de 60 millones de pesos en fondos fiduciarios destinados al sector agropecuario. El Estado se asociará con los principales productores del “yuyo” –como llamó la Presidenta al cultivo– a través del Fondo Agrícola de Inversión Directa Chacarero II, Fideiagro, Faid, Fondo Forestal I UBS Brinson, Fondo Común Cerrado de Inversión Chacarero y Fondo Agrícola y el Fondo Agrícola de Inversión Directa. Además, las administradoras adquirieron más de 40 millones de pesos en obligaciones negociables (deuda) de Los Grobo Agropecuaria, el principal emprendimiento sojero del país.
Más de 5 mil millones de pesos del “mundo de las finanzas” tienen las AFJP invertidos en la “economía de ficción”. Ahora el Estado argentino será socio minoritario de American Express ($1.553.446), Bank of America ($29.256.009), The Bank of New York ($525.683), Citigroup ($23.977.223), HSBC Holdings ($22.901), J. P. Morgan Chase ($22.189.368), ING Group ($5.114.689) o de Merrill Lynch & Co ($11.905.047).
Tambien tendra acciones de las multinacionales que fabrican las marcas del mercado minorista más vendidas del mundo: Procter & Gamble (Pampers, Magistral Ultra, Head & Shoulders, Old Spice, Koleston, Wella y Gillette) y Unilever (Suave, Vívere, Sedal, Savora, Rexona, Knorr, Impulse, Maizena, Dove, Cif, Hellmann’s, Ades o Axe). Además tienen valores en Colgate, Palmolive, Avon y Johnson & Johnson. Como de Molinos Río de la Plata.
http://www.criticadigital.com/index.php?secc=nota&nid=12949
El robo del siglo
El gobierno de la Nación se llevará a sus arcas ahorros por más de u$s 28.619 M. Conozca las empresas de las cuales será dueño el Estado. Las AFJP que ya no son
La cartera en manos de las AFJP ascendía a $ 94.443 millones, de los cuales el 55,5% estaba en manos de instrumentos que financiaban al Estado. El resto se volcaba para financiar al sector privado, vía el abanico de instrumentos financieros que se detallan en el cuadro anexo.
El conjunto de AFJPs del sistema se concentraba en 10 empresas, de las cuales Nación contaba con el respaldo del Estado y era elegida sólo por el 15,2% de los trabajadores, mientras que el resto eran privadas y elegidas libremente por trabajadores del sistema. Las tres primeras del ranking dominaban más del 50% del mercado. Estas empresas deberán ser indemnizadas, despedido su personal y su nombre desaparecerá del mercado.
El Estado no sólo se hace de fondos frescos, de esta forma lograra financiar sus desajustes en materia fiscal, sino que pospondrá los pagos de amortización y renta de los bonos en manos de la cartera que será transferida. De esa forma se alzará con u$s 3.500 millones. Por otro lado los trabajadores aportarán a este fondo una suma aproximada de u$s 3.500 millones al año que serán destinados a financiar el déficit. De esta forma, casi mágicamente, el Estado se hace de u$s 7.000 millones en forma compulsiva para financiar la deuda pública que vence en el año 2009.
Es así como se consuma el robo del siglo, la suma de u$s 28.629 millones que estaban en al cartera de fondos administrados de las AFJP´s pasa a ser administrada por el Estado Nacional, que tiene pobres pergaminos que mostrar en materia de gestión financiera.
Un bonus track que tiene el gobierno con esta medida es quedarse con las acciones que las AFJP habían adquirido durante todo el período de inversión. Así el Estado tendrá una silla en el directorio de importantes empresas.
Conclusión: Es el mayor robo de la historia Argentina, algo inigualable. El Estado viola derechos de propiedad y se queda con el ahorro de muchos trabajadores. Es algo inaudito, inexplicable. Se le pone una lápida al mercado de capitales. El Estado pasa a ser el mayor tenedor de acciones en el mercado en su conjunto, también su regulador.
Una economía que va camino a la estatización total. Después de confiscar los ahorros del sistema financiero, pesificar ahorros, declarar la cesación de pagos, canjear la deuda con una quita del 66% y ahora quedarse con el ahorro de los trabajadores. En este escenario: ¿Quién va a creer en nosotros?
El riesgo país por las nubes, sin crédito y sin mercado de capitales. Ojalá el Congreso no apruebe esta ley, estamos en manos de los legisladores del país. Ayer confiscaron a los ahorristas, luego a los bonistas, hoy a los que ahorraban en el sistema de jubilación, mañana... ¿Por quiénes irán?
Una economía que va camino a la estatización total. Después de confiscar los ahorros del sistema financiero, pesificar ahorros, declarar la cesación de pagos, canjear la deuda con una quita del 66% y ahora quedarse con el ahorro de los trabajadores. En este escenario: ¿Quién va a creer en nosotros?
El riesgo país por las nubes, sin crédito y sin mercado de capitales. Ojalá el Congreso no apruebe esta ley, estamos en manos de los legisladores del país. Ayer confiscaron a los ahorristas, luego a los bonistas, hoy a los que ahorraban en el sistema de jubilación, mañana... ¿Por quiénes irán?
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Salvador Di Stefano
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Banqueros polémicos: culpables, pero multimillonarios
Los altos ejecutivos de los bancos estadounidenses se llevaron millones de dólares de las instituciones que quebraron. ¿No hay juicio ni castigo?
El salario de los CEOs y altos ejecutivos de los bancos se volvió un tema nacional en USA, cuando el debate por el plan de rescate del gobierno de Bush reveló que los contratos de muchos de los grandes directivos incluían una cláusula denominada “golden parachute” (paracaídas dorado), que establecía una compensación extra en caso de quiebra o fusión de la institución financiera o, incluso, en caso de despido. Lo escandaloso, sin embargo, eran las desproporcionadas sumas de dinero a las que se hacían acreedores algunos grandes CEOs, mientras sus empresas caían en picada y miles de trabajadores quedaban en la calle. Culpables, pero beneficiados. Con el debate del salvataje de Bush, salió a la luz que Richard Fuld, CEO del quebrado Lehman Brothers, había cobrado alrededor de 100 millones de dólares en concepto de “golden parachute” y que, días antes del colapso total, había accedido a pagar más de 23 millones a tres altos ejecutivos de la empresa.
Ante el Congreso, Fuld negó haber recibido esta suma de dinero, aunque reconoció haber vendido sus acciones de Lehman antes de la debacle (mientras que otros accionistas, menos informados, no pudieron hacerlo). Además, admitió sentirse responsable por la quiebra del banco pero dijo que creía compartir la culpa con el Gobierno, que debería haber impuesto más regulaciones (¿ahora había que regular?).
Otro al que no le fue nada mal fue al CEO de Merrill Lynch, John Thain, quien recibió 15 millones de dólares cuando el banco de inversión fue adquirido por Bank of America. Peter Krause, el vicepresidente del banco, se fue con 10 millones, según la ONG Think Progress.
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