miércoles, 11 de junio de 2008

Las promesas tienen retenciones

CRISTINA ANUNCIA OBRAS, PERO NO SE TERMINAN LAS QUE YA COMENZARON

La Presidenta dijo que destinará la mayor recaudación por impuestos a exportaciones de soja a construir hospitales, caminos y viviendas. Según marcan las propias planillas oficiales, el Presupuesto está subejecutado en los tres rubros.

El Gobierno nacional anunció que entre 2008 y 2009 destinará 2.100 millones de dólares para el Programa de Redistribución Social que lanzó el lunes la Presidenta. Ese monto es el que estima que recaudará con la aplicación de las retenciones móviles a la exportación de soja.

Se trata del único dato que aportó la publicación en el Boletín Oficial del programa anunciado para la construcción de hospitales, “viviendas populares” y caminos rurales. Aún no informó el Ejecutivo con qué criterio territorial se distribuirán los recursos. Tampoco publicó que los programas vigentes de infraestructura social tienen un altísimo nivel de subejecución. Para decirlo de otro modo, el Gobierno no gasta el dinero que ya tiene asignado para los planes que anunció.

Entre 2004 y 2005, el gobierno de Néstor Kirchner prometió que construiría 320 mil viviendas en tres años a través de dos planes federales. El plazo se agotó, y las casas aún no están. Hasta que asumió Cristina Fernández, el Gobierno nacional había entregado unas 74.500 de esas viviendas, según publica en su sitio web la Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda. Es decir, se había finalizado poco menos del 25 por ciento del programa. Y desde que está en la Casa Rosada, la Presidenta cortó la cinta de otras 7.500 “soluciones habitacionales”. Ahora suman 81.700 las nuevas viviendas K. En el camino de la promesa quedan 238 mil que, también según datos oficiales, están “firmadas” o “en ejecución”.

El sistema de distribución de los fondos que rige para los planes federales de viviendas es igual al que anunció el Gobierno para las nuevas promesas: convenios particulares con cada gobernador o intendente. Es decir, la Nación gira el dinero y las provincias se ocupan de hacer las obras. Pero el dinero no siempre llega. Ni siquiera cuando las obras están en marcha. Un caso a modo de ejemplo. Entre los primeros barrios K que se proyectaron figuró un plan de 139 viviendas para Tandil. Cuando se licitó la obra, cada vivienda costaba 40 mil pesos. Las obras comenzaron en mayo de 2005, hace tres años, pero nunca se terminaron.

La Nación giró 3,5 millones pero sólo llegó la mitad al municipio. Hoy, cada vivienda que se licita del plan cuesta más de 70 mil pesos. Los trabajos están paralizados, y los números en rojo. Ciento treinta y nueve familias continúan sin casa.

Otro ejemplo de cómo se distribuyen los fondos destinados a los planes de vivienda puede observarse en el Plan de Mejoramiento Habitacional e Infraestructura Básica que depende del Ministerio de Planificación.

Para este año tiene asignados 560 millones de pesos, que equivalen a un cuarto del fondo previsto para 2008 del programa anunciado el lunes. Al 1° de junio, Julio De Vido le había girado a los gobernadores cerca del 20 por ciento de ese dinero, 114 millones de pesos. Pero no los distribuyó entre todos por igual. Los amigos de la Casa Rosada, Jorge Alperovich (Tucumán), Juan Manuel Urtubey (Salta), Maurice Closs (Misiones) y Mario Das Neves (Chubut) recibieron 58 millones, más de la mitad de todo el dinero que les giraron a las provincias.

El Programa de Redistribución Social es el segundo plan centrado en infraestructura sanitaria y habitacional que anunció Cristina Fernández durante este otoño. El 11 de abril había lanzado el Plan Ahí. El menú es similar: 20 mil viviendas rurales, la creación y el mejoramiento de vías de acceso rurales y 223 Centros Integradores Comunitarios (CIC).

El nuevo programa prevé distribuir el 60% de los fondos que reciba en hospitales, el 20%, en viviendas urbanas y rurales y el restante 20% en el mejoramiento de caminos rurales.

Las promesas sanitarias del kirchnerismo tampoco se han ejecutado plenamente. Otro ejemplo. Desde 2006, el Gobierno incluyó todos los años en el Presupuesto una partida de 5 millones de pesos para refaccionar los hospitales de Jujuy. Nunca enviaron un solo peso. La última vez que el Gobierno nacional aportó para los hospitales de esa provincia fue en 2004.

Las provincias pierden

Los fondos del plan de redistribución social irán a obras cuyas partidas estaban previstas pero no se liberaron para cuidar el superávit. En el primer cuatrimestre, según la consultora Economía y Regiones (E&R), las transferencias discrecionales de fondos a las provincias (como se conoce a las destinadas a obras y planes sociales administrados descentralizadamente) cayeron un 0,3%. Si se descuenta la inflación de los costos de la construcción, los envíos reales son cerca del 20% menores. El gasto, entre enero y abril, creció 35%. Pero lo hizo impulsado por los subsidios al sector privado, que treparon un 53 por ciento.

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